Compilador, que analiza el programa fuente y "lo traduce" a otro
equivalente escrito en otro lenguaje (por ejemplo, en el lenguaje de la
máquina). Su acción equivale a la de un traductor humano, que toma un libro y
produce otro equivalente escrito en otra lengua.
Un
compilador suele generar programas más rápidos y eficientes, ya que
el análisis del lenguaje fuente se hace una sola vez, durante la generación del
programa equivalente. En cambio, un intérprete se ve obligado
generalmente a analizar cada instrucción tantas veces como se ejecute (incluso
miles o millones de veces).
Intérprete, que analiza el programa fuente y "lo ejecuta directamente", sin
generar ningún código equivalente. Su acción equivale a la de un intérprete
humano, que traduce las frases que oye sobre la marcha, sin producir ningún
escrito permanente. Intérpretes y compiladores tienen diversas ventajas e
inconvenientes que los hacen complementarios
Un
intérprete facilita la búsqueda de errores, pues la ejecución de un
programa puede interrumpirse en cualquier momento para estudiar el entorno
(valores de las variables, etc.). Además, el programa puede modificarse sobre
la marcha, sin necesidad de volver a comenzar la ejecución.
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